10.3.10



Fueron depositando, una a una, piedras en mi mochila. Y yo cargaba con ellas y caminaba cada vez más despacio, más cansada, más encorvada. Me ha llevado años entender que no son mías, que lo que único que debo hacer es devolverlas, una a una, a sus auténticos dueños
(E)

No hay comentarios:

Publicar un comentario