-¿Sabe lo mejor de los corazones rotos?- preguntó la bibliotecaria.
Negué.
-Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.
(El juego del Ángel.)
Negué.
-Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.
(El juego del Ángel.)
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