13.11.12

a veces pienso en el valor,
de toda esa gente sincera,
que aún a riesgo de estar solos,
prefieren no cerrar puertas,
y vivir con la seguridad,
de no estar por estar con su pareja,
de no ser una madre para su novio,
de no ser un compañero de piso para su novia,
y pienso en mi hermana,
y su hija,
y en todo el bien que le hizo,
para que crezca pensando que el amor es posible,
en vez de ver a unos padres amargados,
con vida de viejos en su juventud,
perfectos compañeros de piso,
cuya única pasión surge cuando hay vino o 
por el calor de una discusión,
y en lo difícil de su decisión,
y en lo que se dijo de ella,
pero ahora miro su sonrisa,
su esperanza,
y entiendo que debería de existir,
más gente con valor, sincera,
como ella,
que no cierra la puerta,
que no se conforma,
y para quién cada día es una oportunidad,
de tener la felicidad verdadera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario