la vida nunca se ha portado,

todo lo bien que podría,

desde edad temprana,

maduramos a golpes,

la desilusión y las explicaciones,

venían con las tostadas,

superando adversidades,

las cuales nunca se acaban,

viejas heridas que parecen cerradas,

surgen en ocasiones,

y nos dejan en la estacada,

el miedo, la desconfianza,

hacen que los cambios no gusten,

y el conformismo embriaga,

y de repente,

llegas tu,

y de repente,

llego yo,

y las páginas se reescriben,

la felicidad llega en manada,

asusta tal seguridad,

da miedo tanta confianza,

la naturalidad con la que nace,

la certeza absoluta de lo eterno,

las ganas y más ganas,

ver como uno encaja,

la venda del complejo desaparece,

no era uno el sapo,

sino los demás ranas,

poder ser yo, 

plenamente,

poder ser tu,

totalmente,

y con tu ausencia,

el regreso de la nada,

y con mi ausencia,

el sabor de la fruta pasada.